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La experiencia del taller de narración real del Proyecto TMI que me enganchó

- Hayley Downs, Jefa de taller del proyecto TMI

"Recuerda, no sólo soy el Presidente del Club de Peluquería, sino también un cliente".

- Sy Sperling, Presidente, Hair Club for Men

Mi colega Micah Blumenthal me recordó hace poco que los jefes de taller de proyectos del TMI son como aquella entrañable película de los años ochenta del siglo XX. anuncio por cable sobre el Hair Club for Men: no sólo somos facilitadores, también somos clientes. Todos hemos vivido por primera vez experiencias reales de talleres de narración que nos engancharon.

In Octubre de 2016 Estaba abrazando mi nuevo hogar en Kingston, pero las tristezas de mi vida se habían amontonado en mi interior y cada vez me resultaba más difícil cargar con ellas. Con la vaga idea de "tener más tiempo para escribir", me inscribí en el taller gratuito de 10 semanas de narración real del Proyecto TMI en la Asociación de Salud Mental del condado de Ulster (MHA).

Era un grupo variopinto que incluía a los narradores del Proyecto TMI Morris Bassik, Beth Broun y Barbara Stemki. Durante semanas, nuestras talleristas Eva Tenuto y Sari Botton nos guió en ejercicios de escritura cronometrados diseñados para ayudarnos a eludir a nuestros "editores interiores". Los leímos en voz alta unos a otros, primero con tiento y luego con valentía. Había historias sobre esquizofrenia, esclerosis múltiple, rechazo familiar y otros desamores. Recuerdo que nos reímos mucho. Colectivamente éramos un grupo que se había ganado el derecho a encontrar el humor en nuestras cicatrices. Y así lo hicimos.

Cuando empecé a desenterrar mis propias historias -de la lucha contra las drogas, la relación con mi madre y la batalla de mi marido contra el cáncer- parecieron transmutarse de experiencias traumáticas que me hacían sentir vergüenza y tristeza a contenidos de código abierto, propiedad del universo y ya no míos para soportarlos sola. Las historias antes trágicas eran como antiguos compañeros de piso tóxicos, que ya no ocupaban hostilmente mi espacio personal. Y he aquí que tragedia + tiempo = ¡comedia! Me sentí más ligera. Fue el comienzo de un cambio sutil y constante en mi vida.

En los talleres que he facilitado desde entonces me he dado cuenta de que no estoy sola en esta transformación. Estas son cuatro cosas que puedes esperar cuando participes en un taller de narración real del Proyecto TMI en MHA:

  1. ROMPE LAS CADENAS DE JACOB MARLEY QUE TE ATAN

Mi compañero de taller Dara Lurie y yo estamos a mitad de camino en la enseñanza de nuestro cuarto trabajotienda en MHA. Es un punto de inflexión importante para los participantes. Los temas surgen como fotografías en el cuarto oscuro. Los participantes empiezan a ver la historia que quieren contar. Al final, es como si hubiéramos ido juntos a un campamento de verano.  

Al comienzo de los talleres, muchas personas llegan cargando con sus historias como la "pesada cadena" de Jacob Marley, el personaje de Charles Dickens. De acuerdo, Jacob Marley era ficticio y un fantasma y nosotros somos reales y estamos vivos, pero a menudo nos pesan cadenas invisibles forjadas a partir de los traumas de nuestras vidas: abusos, enfermedad, adicción y muerte. Pero someterse al proceso es cortejar la posibilidad del desahogo psíquico de al menos una historia que has guardado bajo llave porque te parecía "demasiada información".

  1. DESESTIGMATIZAS LAS ENFERMEDADES MENTALES COMO UN F*&%@# JEFE

En 2016 no estaba centrada en el tema que abordan el Proyecto TMI y la MHA: desestigmatizar las enfermedades mentales a través de la narración. Solo quería y necesitaba descargar el millón de historias desordenadas que supuraban en mi interior; sin duda, tenía mi propia cadena pesada. Pero cuando me acomodé y miré a mi alrededor me di cuenta de que estaba rodeada de una deslumbrante mezcla de personas que son como yo.

En el momento de mi primer taller, no me "identificaba" como una persona con una enfermedad mental, lo cual es curioso porque toda mi vida adolescente y adulta ha estado marcada por la terapia, la medicación, las ideas suicidas y una hospitalización.

  1. NO TE ABURRES NI UN SEGUNDO

Recuerdo haber leído una entrevista a Mia Farrow en la que decía que no creía que nadie debiera aburrirse nunca. Pensé: "Dios mío, ¿de qué demonios estás hablando, Mia Farrow?".

Me aburro mucho -en el gimnasio, en el trabajo, haciendo la compra, paseando a MishiMish, mi chihuahua con necesidades especiales- y no necesito que Mia Farrow me juzgue por ello.

Pero las dos horas semanales que paso en torno a la gran mesa de conferencias bajo esas implacables luces fluorescentes en la MHA son siempre un respiro. Ni por un momento pensando sobre revisar mi teléfono. Estoy EN TODO. Es así para todos. Mientras los demás leen, nuestros cuerpos permanecen inmóviles, como monumentos a la escucha activa. Nos apoyamos unos a otros mientras sacamos nuestras historias de lo más profundo. Y juntos convertimos toda esa materia prima en algo profundo. No nos aburrimos porque las historias son muy buenas.

  1. ERES PARTE DE UNA LOCA Y ALUCINANTE ACTUACIÓN EN DIRECTO Y PUEDES INVITAR A TUS AMIGOS

Hay una razón por la que las verdaderas actuaciones de cuentacuentos del Proyecto TMI siempre culminan con una entusiasta ovación de pie. En la cafetería de la MHA, con las mesas apartadas a las dos de la tarde de un jueves, el público -y tú- reiréis, lloraréis y experimentaréis un torrente de conexión humana y de "esto es para lo que estamos aquí" más gratificante, catártico y purificador del alma que en cualquier espectáculo de Broadway en los asientos de primera fila.

Me arriesgaré a decir que es mejor que Hamilton. ¿He mencionado que es gratis?

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