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Rachel

Siempre que solicito algo por Internet o por teléfono, como un trabajo o una escuela, lo primero que me pregunto cuando termina la comunicación, y termina bien, es: "Oh, vaya. ¿Sabrán que soy negro?". Es decir, ¿he tecleado o hablado demasiado en clave? Quiero decir, quizá sea sólo yo, pero... no me despierto negro. No bostezo y salgo de mi cama como un afroamericano negro, plenamente realizado, con el peso de la historia y la esclavitud y el despojo del derecho al voto y la opresión y el racismo que continúa drenando a la sociedad estadounidense. (Esa mierda no ocurre hasta que me he lavado los dientes. Y normalmente, no hasta que salgo por la puerta principal). Así que, ¿iré a la entrevista oficial y me recibirán con ojos azules muy abiertos y perplejos porque soy tan condenadamente -como dice la generación de mi madre- alta? Porque es más o menos como he dicho: No soy negro sentado en casa en la cama. Cuando salgo por la puerta es otra historia. Una que empieza y termina con mi piel, en lo que respecta al mundo en general. Como era de esperar, prefiero las entrevistas telefónicas a las personales. Aunque tenga que hacerme esa pregunta: ¿Saben que soy negro? Y siempre lo pregunto. Y muchas veces, en los talones de la misma: ¿Ah, sí?

2 Comentarios

  1. Gracias por compartir. Es valiente compartir lo que ocurre dentro y fuera del mundo que la mayoría de la gente blanca preferiría no ver. Gracias y rezo para que algún día nuestro mundo esté libre de tanta desigualdad y sufrimiento, y rezo para no apartar la vista.

  2. Rachel, tu historia me sacude hasta lo más profundo. Nunca podré dejar de sentirlo. Como mujer blanca, he tenido que preocuparme por muchas cosas cuando solicitaba un trabajo o me encontraba en otra situación, pero nunca me había preguntado si el color de mi piel me descalificaría o cambiaría la forma en que la organización, el jefe o el contacto me verían. Hay algo en tu historia que no puedo superar y no he podido controlar las lágrimas desde que la leí esta mañana. Quizás este no sea mi lugar para compartir mis pensamientos al respecto, no estoy segura. Toda mi vida he trabajado por la igualdad y el fin de la opresión en todas sus formas. Sin embargo, más recientemente he vuelto a descubrir la espantosa profundidad del racismo que impregna casi todos los aspectos de nuestra cultura. Lo veo como la base de por qué tenemos la mayoría de los problemas que tenemos en este país y en el mundo. Gracias por compartir tan poderosamente una experiencia tan traumática, te admiro más de lo que las palabras pueden expresar. Prometo usar mi privilegio para derribar los prejuicios raciales dondequiera y dondequiera que pueda. Mantente fuerte y hermosa, rezo para que lleguemos a ver una época en la que puedas salir por la puerta o acudir a una entrevista sin preocuparte en absoluto por el color de tu piel. Y, por favor, sigue escribiendo, ¡eres lo máximo! <3


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